1 de diciembre de 2025

Cristina Sánchez Cañuelo

Seleccionada en las Becas de Máster de nuestra Fundación
Cristina Sánchez Cañuelo

Cristina, de 24 años y originaria de Villanueva de Córdoba, comenzó su formación universitaria en Biología en la Universidad de Córdoba en 2019, con cierta inquietud sobre si había elegido el camino adecuado. Pronto descubrió que había tomado la mejor decisión.

Tras finalizar la carrera, completó su formación con un máster en Biotecnología, donde se interesó profundamente por la Bioinformática. Su Trabajo de Fin de Máster (TFM) se centró en las enfermedades del olivo, revelándole la complejidad y los retos que enfrenta la agricultura.

Realizó sus prácticas en CICAP, en el área de cromatografía, y actualmente aprovecha la oportunidad que le ofrece la Fundación Ricardo Delgado Vizcaíno. Aunque su trayectoria pudiera parecer alejada de la Sostenibilidad y la Economía Circular, Cristina sostiene que nada está más lejos de la realidad: “¿Qué sería de la Biología si no sirviera para promover la sostenibilidad? ¿Y qué mejor forma de hacerlo que estudiando cómo fomentarla?”

Por ello, se muestra ilusionada con este máster, con altas expectativas y la intención de aprovechar al máximo cada aprendizaje.

 

¿Qué te motivó a estudiar Biología? 

En realidad Biología no fue mi primera opción. Desde que empecé a cursar Bachillerato decidí que mi vocación estaba ligada a la ingeniería genética y al uso de ésta para el beneficio social. Sin embargo, no me pude matricular en el grado que quería e hice Biología. Al principio no me convencía, pero solo me hicieron falta unos cuantos meses para ver que era la carrera que más se adaptaba a mis inquietudes personales. Por tanto, respondiendo a la pregunta, fue el encanto de la propia carrera lo que me motivó a continuar hasta el final con ella.

 

Vas a cursar un Máster en Sostenibilidad y Economía Circular en la Universidad de Nebrija. Desde tu punto de vista, ¿qué papel crees que juega este máster en el futuro del sector agroganadero? 

Creo que juega el papel más fundamental de todos. La sostenibilidad no busca otra cosa que crear un modelo de negocio que permita continuar con nuestro modelo de vida sin afectar de forma negativa al planeta. Es por esto que resulta tan importante para el sector agroganadero, ya que no solo es la base de nuestra alimentación, sino también de nuestra forma de vida. Y si no es sostenible, pronto no habrá planeta sobre el que sostener esa forma de vida… Por ello es tan importante que nuestro pilar como sociedad sea sostenible y circular. 

 

¿Qué conocimientos o experiencias adquiridas durante tu grado consideras más útiles para afrontar este nuevo desafío académico?

Actualmente, el problema sostenible de mayor envergadura al que nos enfrentamos como sociedad es la pérdida de biodiversidad. Sin embargo, pocos pueden cuantificar el impacto sobre la misma. Mis conocimientos sobre las redes tróficas y la endosimbiosis que se establecen entre los diferentes seres vivos que nos rodean y con los que convivimos, ya sean microorganismos, animales o plantas, pueden darle un enfoque diferente e interesante al máster al que ahora me enfrento. 

 

Más allá de los conocimientos técnicos, ¿qué habilidades has desarrollado durante tu formación que consideras esenciales para afrontar los retos del sector ganadero? 

Un pensamiento crítico y global. Pensamiento crítico desde el punto de vista que me está aportando el máster, pues me hace ver todas y cada una de las posibilidades de sostenibilidad que hay en dicho sector. Y global desde el punto de vista biológico pues en el grado lo más importante era pensar cómo afecta un movimiento a toda la comunidad biológica; y creo que eso es muy importante para entender los problemas del sector agroganadero y aportar soluciones innovadoras a dicha problemática. 

 

En un contexto de digitalización creciente del sector agroalimentario, ¿de qué manera piensas que la sostenibilidad y la economía circular pueden transformar la gestión y los procesos en COVAP? 

Es fundamental ser sostenible energéticamente durante el proceso de digitalización, ya que en caso contrario todas las soluciones sostenibles o circulares se verán empañadas por el velo de la poca sostenibilidad energética. Me consta que la empresa ya ha obtenido el sello Residuo ZERO, lo cual es un gran paso hacia la sostenibilidad. Ahora, el objetivo es seguir avanzando y recircularizar todos los tipos de residuos generados para mantener el compromiso con el medio ambiente.

 

Esta beca cuenta con el impulso de la Fundación Ricardo Delgado Vizcaíno de COVAP. ¿Qué representa para ti recibir su apoyo? 

Representa una oportunidad. No es solo que me den el apoyo necesario para estudiar, sino que representa una confianza en mis capacidades que no había recibido hasta ahora y, aunque pueden imponer las altas expectativas que tiene la empresa, estoy segura de que con esfuerzo y confiando en la fundación como ella lo ha hecho en mí, conseguiré alcanzarlas sin problema. 

 

¿Qué te gustaría aportar al sector ganadero después de terminar tus estudios? 

Me gustaría conseguir hacerlo lo más sostenible posible porque, a pesar de que es una base muy importante de nuestra alimentación como sociedad, se trata también del modelo de vida que se ha establecido en el lugar en el que nací. Sin embargo, si no se hace sostenible no podrá continuar y todos los lugares donde crecí quedarán desiertos. Por tanto, es fundamental para mí cambiar la visión que hay generalizada sobre la ganadería para poder seguir disfrutando del Valle de los Pedroches tal y como es: natural y fascinante.

 

¿Te gustaría desarrollar tu carrera profesional en tu tierra? 

Por supuesto. Es uno de mis objetivos: poner todos mis conocimientos y mis habilidades técnicas al servicio de la tierra que me vio nacer. Para sentir que lo que he desarrollado como persona tiene un impacto positivo en el lugar del que provengo y conseguir que prospere lo máximo posible. 

 

¿Crees que hay futuro para los jóvenes en Los Pedroches? 

Aunque muchos piensan que no es así, personalmente creo que sí. Solo hay que saber esperar la oportunidad correcta para encontrar el lugar que le pertenece a cada uno. Creo, además, que esta tierra tan llena de riquezas como es la dehesa y la biodiversidad que le pertenece como ecosistema está infravalorada. No solo por aquellas personas que no pertenecen al valle, sino por los propios habitantes del mismo. Ocurre en la población local (y me incluyo porque me pasó también) que estamos tan acostumbrados a lo bueno que no lo vemos. Me hizo falta irme fuera de mi pueblo para descubrir la suerte que tenía en mi tierra. De modo que, si se saben ver, hay muchas oportunidades para los jóvenes. Solo hay que saber buscarlas porque el Valle de los Pedroches simplemente está esperando a que las manos correctas sepan aprovecharlo. 

 

Fuera del ámbito académico y profesional, ¿qué te apasiona o qué te define como persona? 

Personalmente, me defino como una amante de la biología. Parece que es obligado teniendo el grado de Biología, pero no es así. Me encanta pasear por el campo, buscar y encontrar las diferentes especies de animales y plantas que componen el lugar en el que me encuentro pues, por un momento, yo también pertenezco a ese ecosistema. Además, también me gusta la jardinería, en especial la cría de bonsáis, aunque soy una neófita en la práctica. Y, por supuesto, mi hobby favorito es la lectura de diferentes géneros: desde la novela policíaca hasta la novela histórica, pasando por lecturas tanto breves como largas.

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